Espiritualidad
Una Espiritualidad para los Tiempos Nuevos
Desde su juventud, el Beato Santiago Alberione, (nuestro Fundador) había sentido la urgencia de una Espiritualidad que, de alguna forma, respondiera a los Nuevos Tiempos y que fuese para Los Paulinos como el alma de su misión apostólica. A esta sencilla Espiritualidad del Evangelio, Él, le daba una dimensión eucarística, considerando el Sagrario la fuente y el centro de su vida espiritual e insistía para que lo fuera también para nosotros sus seguidores. "La jornada del Paulino, nos decía, ha de tener como centro la celebración eucarística, como la Pascua eterna, la meditación de la Palabra y la visita al Santísimo".
Con su sentido de integralidad, nuestro Padre Fundador, solía decir que existe una única espiritualidad: aquella del Evangelio que las une y complementa a todas; se vive de manera integral y es precisamente aquella de Jesús Maestro: Camino, Verdad y Vida. Pero en seguida aclaraba: con una visión particular: "Tal como la vivió y la interpretó el Apóstol San Pablo y bajo la mirada maternal de María Reina de los Apóstoles. Éste es el gran secreto de la vida espiritual: configuración con Cristo el Maestro Divino; aquí está la fuente, el camino y la corona de nuestra vitalidad y expansión".